miércoles, 23 de febrero de 2011

Un erizo como yo

Tengo pinchos en la espalda
Pero por delante no
Para que cuando te abrace
No te pinche el corazón.


Espinete llegó al barrio procedente del bosque. Nos dijeron que vino porque le gustaba mogollón, pero hoy ya sabemos la verdad: Vino porque estaban talando el bosque, y como otros animales, tuvo que modificar sus costumbres y hacerse a otros ecosistemas. Pero no es de eso de lo que quiero hablar, quizá sea el tema central otro día, hoy vamos a vernos en un espejo.



Todos hemos sido Espinete alguna vez en la vida. Espinete llegó al barrio y, como es natural, todos le miraban, era un erizo de dos metros que andaba y hablaba. ¿Quién no ha pasado por eso? Llegas a un nuevo grupo, cambias de centro de estudios, de residencia, de trabajo... y te sientes el centro de todas las miradas, eres el nuevo; pero igual que Espinete, acabas haciendo amigos, y pasas a ser uno más.

Barrio Sésamo también nos enseñó algo de la vida, y es que, como Espinete, todos tenemos pinchos en la espalda cuando nos enfrentamos a un ambiente desconocido. Nos protegemos bajo una máscara, pero en el fondo tenemos un suave pelaje frontal dispuesto a dar un abrazo a quien lo necesite, pues no subestiméis nunca el poder de un abrazo. Perder cinco segundos de tu vida dando un abrazo es regalar cinco segundos sin preocupaciones.

 


 Y para despedirme por hoy, aquí os dejo un emotivo vídeo realizado por unas personas que seguro que vieron muchas veces Barrio Sésamo.

 


Dedicado a mi gran amigo Fernando "Espinete" Cubero
desde aquí te mando un gran abrazo

1 comentario:

  1. Muy bueno y con razon, en el colegio, instituto cuando era nuevo iba asustado los primeros dias, luego ibas tanteando y seleccionando gente segun pensabas que iria mejor contigo y hoy en dia seguimos igual para todo.

    ResponderEliminar